Terapia del dolor original

Transformar el dolor que destruye en dolor que cura, depende de reconocerlo y atenderlo en su origen, o sea en el propio cuerpo que lo experimentó, reconectándonos con él en el aquí y el ahora. A continuación, un testimonio recogido en el libro El "clic", de Mari Lise Labonté.

«Me he separado de mí-mismo y me he construido una identidad. Cosa extraña: para construirme, me he perdido de vista. Hay en mí un dolor que cada vez ocupa más sitio, pues me resulta doloroso comprometer de este modo mi verdadera naturaleza. Al protegerme de las agresiones que he experimentado, bien en el vientre de mi madre, bien en mi nacimiento, bien durante mis primeros años de vida, me he hecho un caparazón que me ha ayudado a sobrevivir.

Puedo estar agradecido a esta protección, pero al mismo tiempo, pago caro este compromiso. Mi cuerpo me envía señales de angustia. He hecho callar a la vida para formarme a imagen de algo o de alguien, y he sufrido. He recibido golpes. He esperado que alguien me mire, a que alguien me recoja. He sido el niño de recambio. He querido que me amaran. Habría deseado que me dejaran en paz. He intentado gritar. Me he callado, he apretado los dientes, he abombado mi pequeño torso y redondeado mi espalda, he endurecido mis pequeñas piernas. He seguido el juego de mi familia, de mis padres, de mis tutores y de los demás. Me he hecho como ellos. Me he adaptado; más aún: me he superadaptado.

Si lo hago, es porque hay una razón. El dolor es demasiado doloroso, voy a intentar olvidarlo. En mí está este grito, voy a intentar acallarlo. En mí está este desgarro, voy a intentar ignorarlo. En mí está este mal que me devora, voy a hacerlo morir. Voy a entregar el que soy, la auténtica substancia de mi ser, a partes de mí que van a dormirla o congelarla o matarla para que no sufra.

Pronto voy a ser como ellos, voy a existir en falsas identidades y a olvidar el que soy. Pero ¿quiénes son ellos? ¿Quiénes son estos padres? ¿Cuál es esta familia? ¿Quién es esta gente que actúa con tanta dureza, que se critican entre sí, que se envidian, que sienten celos, que nos dejan, que nos abandonan, que nos rechazan, que nos ahogan? ¿De qué mundo vienen? ¿Con qué derecho intentan negarme, pegarme, ahogarme con su supuesto amor? No quiero vivir más en esta tierra con esta gente que, según dicen, son mis padres o mi familia. No soy yo quien los ha escogido».



La Associació GAEDE surge de la necesidad de atender casos en que las relaciones afectivas comportan un sufrimiento inusual. Para lo cual proponemos sesiones individuales especializadas, así como un grupo de agenciamiento afectivo en el cual trabajar los vínculos que establecemos, no solamente con otras personas, sino también con la vida y con nosotras mismas. Si sigues los enlaces habilitados te llevarán a ampliar la información en cada caso.

Atención presencial en Barcelona, Amposta (Tarragona), y terapia online a través de skype.

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